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  • Dr. Jorge E. Rodriguez Sierra

Una Fe Inquebrantable


Una Fe Inquebrantable

Autor: Dr. Jorge E. Rodríguez Sierra.

Introducción

Sería interesante saber lo que Dios piensa de nosotros y de nuestras conductas. A Dios no le sorprende nada de lo que hacemos o decimos, Él todo lo sabe (Salmos 139). La mayoría da las personas cree conocerse bien pero cuando se presentan eventos inesperados no saben cómo van reaccionar. Son las circunstancias imprevistas las que nos hacen sacar lo mejor o lo peor de nosotros. Job fue una persona que vivió eventos terribles en su vida, veamos cual fue su reacción ya que en ella hay una gran lección para nosotros el día de hoy.

Considerando a Job (Job 1:1-8).

Job habitaba al norte de Arabia. Cuatro características se usan en estos versículos para describir a este hombre y estas son: perfecto, recto, temeroso y apartado (Job 1:1,6-8).

La palabra perfecto describe a un hombre completo e íntegro, alguien que es ético y moralmente limpio, sin culpa. La Biblia nos dice que no hay hombre alguno que sea bueno (Romanos 3), por lo que podemos asegurar que Job había cometido ofensas en contra de Dios pero es declarado inocente porque había puesto su confianza en Dios y había pedido perdón por sus pecados.

La palabra recto implica a un hombre que vive bajo los códigos morales y se conforma a lo que la justicia dicta.

Temeroso significa tener un respeto profundo por alguien, en este caso Job respetaba a Dios.

Apartado es alguien que rechaza algo y Job rechazaba lo moralmente malo y corrupto.

Job era un hombre que creía en Dios, que se había reconciliado con Él, además lo obedecía, lo respetaba y no practicaba el pecado como un estilo de vida.

Además había educado a su familia de una forma muy especial, sus hijos eran muy unidos, se amaban y convivían entre ellos, incluso en una época donde se le daba muy poco valor a la mujer, Job les había enseñado a sus hijos a amar a sus hermanas y procurarlas sin hacerlas menos (Job 1:4).

Job hacia algo muy peculiar por sus hijos. Actualmente los padres se preocupan por que sus hijos tengan educación, una buena economía, sean felices y logren sus metas pero Job iba más allá, para él lo más importante era la condición espiritual de sus hijos y su preocupación se centraba en la salud espiritual de ellos. Incluso ofrecía sacrificios en caso de que alguno de sus hijos hubiera ofendido a Dios y esto no era algo ocasional sino una rutina diaria, para Job lo importante era que sus hijos no ofendieran a Dios (Job 1:5). Como hace falta padres el día de hoy con las mismas prioridades de Job.

No hay duda alguna Job era un hombre y un padre excepcional.

Solo en la prosperidad (Job 1:9-11)

El problema surge cuando Satanás (que significa adversario) se presenta frente a Dios. Dios le menciona que Job es un hombre como pocos y la respuesta de Satanás es que Job se conducía así porque la vida le había sonreído en gran manera pero que si todo lo que poseía le fuere quitado, Job quedaría al descubierto demostrando en realidad quien era e insultaría a Dios y terminaría alejándose de Él.

Job tenía muchas posesiones y por lo tanto seria grande su pérdida, primero tenía una gran familia que consistía de siete hijos y tres hijas lo que era considerado como una gran bendición de Dios (Job 1:2). Además Job era el hombre más rico de la región, contaba con una gran cantidad de ganado y tenía un gran número de sirvientes (Job 1:3).

Satanás estaba convencido que Job tenia este estilo de vida santa y agradable a Dios solo por lo que recibía y que en realidad era un farsante, que su fachada de hombre obediente desaparecería en el mismo momento en que las bendiciones de Dios se suspendieran.

La soberanía de Dios (Job 1: 8,12)

Absolutamente nada ocurre sin la autorización y la voluntad de Dios, incluso es Él quien inicia la conversación con Satanás y habla de Job. Dios dio su permiso para que la fe de Job fuera probada pero fue Él quien determino los límites que Satanás tendría sobre Job, todo lo que este hombre poseía quedo en las manos de Satanás.

Tragedia tras tragedia (Job 1:13-19)

Todo lo que tenía Job, posesiones, siervos e hijos lo perdió; solo le quedo cuatro sirvientes que fueron quienes anunciaron como estas tragedias habían pasado. Esto no sucedió en un largo tiempo, la lectura del pasaje nos deja en claro que estos eventos ocurrieron uno inmediatamente después del otro. Job al final del día solo le quedo su esposa y cuatro sirvientes.

¿Qué haría usted si tuviera que vivir algo tan terrible como lo que le paso a Job? Un día sintiéndose en las nubes de la prosperidad y en cuestión de minutos una caída en picada donde todo está perdido para siempre. De lo envidiable a lo lamentable en un instante.

Satanás estaba seguro de como este hombre iba a responder, pero que equivocado estaba.

Alabanza (Job 1:20)

Ninguna de las primeras noticias le impactaron a Job, escucho una tras otra sin perder el control ni mostrar angustia o dolor pero cuando le dijeron de la muerte no de uno sino de sus diez hijos eso lo quebranto y en un acto, que representaba en esa época que la persona sentía un dolor profundo, rompió su ropa y se rapo el cabello. Lo que hace inmediatamente después es algo sorprendente, en medio de su ruina económica, de la pérdida de casi todos sus sirvientes y de la terrible muerte de sus hijos este hombre se tiró al piso lleno de dolor y con su cabeza inclinada hacia el piso, en lugar de lanzar un llanto desgarrador, de su boca empezó a surgir palabras para bendecir y exaltar el nombre de Dios. Me imagino a un hombre abatido por un gran dolor y tirado en el piso alzar entre sus sollozos un canto dulce entrecortado hablando de las maravillas de Dios. Un acto sin precedentes y que dudo mucho sea capaz de repetirse cuando alguien lo pierda todo en un instante, solo es necesario ver a la gente enfrentar una sola tragedia para verlos levantar su puño, culpando y cuestionando a Dios en una forma desafiante.

Este hombre en su dolor solo tuvo una reacción, alabar a Dios. No hay duda alguna de que Dios sabía quién era Job porque conocía su corazón y la confianza total que tenía en Él.

La razón (Job 1:21-22)

La razón por la que Job pudo alabar a Dios en medio de estas circunstancias fatales es porque él entendía una cosa a la perfección. Job sabia como había llegado y como se iba a ir de este mundo, sin nada. Job entendía que nada era de él, que cada cosa que había recibido era por el favor de Dios y que él solo era un administrador y si el Amo (Dios) decidía retirar todo lo que había entregado en su mano, él estaba perfectamente de acuerdo por más que esto le doliera. A Job no le quedaba la menor duda de que Dios es quien provee todo, así pudo afirmar Dios dio y como dueño soberano Él lo puede quitar en el momento que así lo determine.

Job sabía que su lugar era solo tener palabras de agradecimiento y hablar de la excelencia de Dios. En lugar de ahogarse en la desesperación Job decidió caminar en la gratitud.

En todo lo que Job vivió en ese día terrible, sus actos, su reacción y sus palabras en ningún momento ofendieron a Dios y tampoco acuso a Dios de haber hecho algo malo en contra de él. Cuestionar a Dios o decir palabras implicando que está actuando mal aun en medio del dolor es un acto del hombre que solo puede ser considerado como inmoral y malo.

Algo que no podemos pasar por alto es que en ningún momento Job vio o supo de la plática entre Dios y Satanás. Nosotros al leer la historia si tenemos esa perspectiva, Job no tuvo esa ventaja, pero Job no necesitaba saber de la plática entre Dios y Satanás, él sabia en quien había creído y esto era más que suficiente en medio del dolor y la tribulación.

En la Biblia de Estudio de John MacArthur, el Pastor comenta lo siguiente en referencia a este versículo: “Hasta ese momento, Job fue lo que Dios había dicho de él, un verdadero creyente con una fe que no podía ser quebrantada.”

Encontrando gratitud en el dolor

Habrá un día en que tendremos que enfrentar noticias malas, así es la vida, vivimos en un mundo caído e imperfecto como resultado de nuestra desobediencia a Dios, lo importante no es lo que vamos a enfrentar sino como vamos a responder. El dolor, el conflicto y la tribulación sacara a flote nuestras prioridades, lo que en realidad creemos, lo que pensamos de Dios, no lo que decimos con palabras superficiales cuando todo nos favorece. ¿Está listo cuando llegue ese día? Prepárese porque a lo mejor ha vivido engañándose y su respuesta será cuestionar y enojarse con Dios. Si su respuesta fuere así entonces lo que usted requiere es valorar lo que cree y poner bajo la lupa su fe.

Es necesario entender que la confianza en Dios no depende de los eventos o de las circunstancias que se viven sean del agrado del hombre sino que la fe se debe de depositar en Dios en toda circunstancia aun en los días malos y creer sin dudar que Él se encargara de usted no importa lo que tenga que vivir.

Dios está en busca de hombres dispuestos a confiar en Él en forma absoluta y cuando el día malo llegue puedan mostrar esa fe inquebrantable que tuvo Job.

Lo invitamos a contactarnos con sus comentarios y preguntas a nuestro correo:elbcomentarios@gmail.com


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